Violinista

Publicado en por Ero0s! (ewllo)

Violinista

De entre todos los músicos, interpretes, ... el que más placer me causa oir, sin duda alguna es el violinista.

Como es que la ejecución de un instrumento, que podría parecer tan fácil de tocar, pero no, logra romper en mi la razón, el sentido común, haciéndome flotar y casi casi llegar al orgasmo.

Se que no tiene sentido mi predilección por estos músicos tan fascinantes, pero como explicarlo, es como aquellos que gustan del chocolate y quienes no, sus razones tendrán.

Yo siendo un simple chico homosensualón y humanista, les puedo asegurar que tener un amante que toque el violín sería una experiencia divina. Por ejemplo les explicaré mi pequeño delirio por un joven violinista, su nombre no se los diré, por el bien de su seguridad y de la mía.

Tiene rasgos bastante fuertes y toscos, pero de alguna forma también resultan ser finos y delicados, su cuerpo delgado con obvia forma masculina, no es cosa de admiración o envidia, simplemente perfectible... Su brillante piel blanca es algo que simplemente no resisto en ver, me llama, me grita, todos los días mi mente se fragmenta al verlo llegar al salón, vaga en sus sueños, en su anhelo de poder quitarle su playera y observar su torso completamente desnudo.

He llegado a sentir pequeños espasmos en mi cuerpo cuando pasa al frente a exponer un tema cualquiera, y me resulta interesante ver como se aburre, se cansa y termina por sentarse al borde de la cátedra con los pies cruzados hacia atrás, me gusta imaginar las formas de su cuerpo, con la imagen de una sirena o un tritón que intenta seducirme, a mi como un marinero que ha estado en alta mar varios meses, sintiendo un deseo por probar la carne de sus labios. Sí en verdad el fuese un tritón y yo un marinero, sin pensarlo me arrojaria al deseo y placer que me ofrecen sus brazos.

He soñado algunas veces que me encuentro con él a solas, misterioso, vistiendo de negro y su estuche al hombro con su violín dentro, como siempre lo he visto. Me acerqué lento y suave, tome la correa del estuche y lo aparte un poco, alcancé su cadera con mis manos, firme y delgada; en un solo movimiento me acercó hacía si con un brazo y con lo que sentí en ese instante, podía desmayarme. Su cuerpo presionaba con el mío y podía sentir su fuerte erección bajo la ropa, sus ojos penetraban en los míos, sus oscuros ojos castaños tan profundos como los míos, sentía su mirada derribar los umbrales de mí alma y penetrar en lo más profundo, comenzó a acercarse a mí rostro lenta y sigilosamente, el corazón me iba a estallar, se encontraba tan cerca que podía saborear la exquisitez de su aliento.

Las sensaciones atiborraban mis nervios, la erección bajo de mi ropa comenzaba a doler del deseo incontenible por salir a combate. No aguantaba, deseaba sentir su piel desnuda, ver su piel blanca reluciente bajo ese haz de luz en el que nos encontrábamos. Mis manos se movieron ligeras y ávidas en un segundo le había quitado la camisa negra de manga larga. En ese instante mi cerebro pudo haber colapsado, su piel brillaba espléndidamente la luz jugaba en las formas de su torso, iba y venía entre sus pectorales y se deslizaba suave y ligera alrededor de sus pezones, como si de patinar en el hielo se tratara, después se dejaba caer sobre su casi plano abdomen.

Mi cuerpo nunca entendería el éxtasis en el que se encontraba mi mente, me era un deleite el solo verlo, deslicé mis manos sobre su cintura, y sentí el cambio de temperatura, mi cuerpo parecía un tempano de hielo perdido en el ártico mientras, el provenía de las mas cálidas tierras del Sahara.

Me arrebato la colorida camisa que llevaba y me apretó contra su cuerpo, sentía una corriente eléctrica quemarme el cuerpo, mi mente volaba, el cuerpo me iba a desfallecer, volvió a fijar sus ojos en los míos, finalmente me besó, mis sentidos se apagaron, estaba totalmente concentrado en él, cada pequeño movimiento que pudiera hacer.

Poco a poco un estruendo comenzó a inundar mis oídos, el público estaba eufórico aplaudían, chiflaban, todos de pie, la obra había sido un éxito. Cayó el telón y dio fin al éxtasis. Dejamos de besarnos, nos tomamos de las manos para agradecer, junto con todo el elenco, al público que había asistido.

Minutos después me encontraba sentado en el diván de mi camerino. "¿Quien había sentido todo aquello? ¿Yo o mi personaje?" aún no me limpiaba el maquillaje y ni me ponía mi ropa normal. En eso tocan a la puerta, me levanté, hice girar la perilla de la puerta, pero no halé de ella, di la espalda y me fui a mirar al espejo. Empujaron la puerta y entró alguien.

-Buena función ¿no?- Su voz resonó en mis oídos, era él.

-Si, estuvo muy bien- mencione algo nervioso, mientras preparaba las cosas para desmaquillarme.

-Creo que lo hicimos excelente, el público estaba muy exaltado- se acercó a mirar más de cerca, no lo había notado, tampoco se había desmaquillado, llevaba el estuche al hombro y la camisa en la mano. Su perfectible torso seguía desnudo - Lastima que sea la única función, es muy buena-

-¿Quieres seguir representándola?- pregunté sorprendido por mi mismo.

-Si, es intensa, en especial el final contigo, creo que no lo haría mejor con nadie más.

-¿A que te refieres?

-¿Que no lograbas sentir la emoción entre nosotros?

-Creo que si, mas que sentirla, la viví- sentía que algo iba a pasar, mi corazón comenzaba a acelerarse de nuevo. Lo miré a través del espejo y tenía una sonrisa en el rostro.

-Si, bueno creo que yo me quedé con un poco de ganas de continuar...

Me volteé y lo encaré, la luz brillaba tras de él, me tomó de nuevo y junto contra su pecho, sentía la corriente eléctrica de nuevo correr por todos lados tan rápido que mis nervios se quemarían, me besó y con su lengua irrumpió dentro de mi boca, su saliva era algo exótica para mí, nunca había probado algo así. Comenzó a pasear sus manos por mi cuerpo, cada roce me estremecía la piel, la ponía chinita chinita, intentó robarme el aliento y sentía que extraería mi alma de mi cuerpo, así que me separé lo mas pronto que pude.

Me miró de pies a cabeza, sujeto la cintura de mis pantalones y los desabrochó, cayeron haciendo un ruido sordo, tomó mi mano y la colocó en su entrepierna, se encontraba exitadisimo, un poco más de sangre y seguro que explotaría, se encontraba duro como roca. Mi cuerpo había sido dominado, solo me dejé llevar por él y el momento, las pocas prendas comenzaron a volar, tan pronto estuvimos desnudos, nos abrazamos, nuestros penes chocaron entre sí y presionaron uno contra el otro, yo empezaba a temblar, el sentir me iba a rebasar en cualquier instante y me desmayaría.

Me tomó de la mano y me hizo recostar en el diván, colocó mis pies sobre sus hombros, en ese momento no me daba cuenta de mi vulnerabilidad, me encontraba sumido en el éxtasis, en la divinidad del momento. Me miró con esa misma profundidad con la que me había mirado en el escenario, y sin dejar de hacerlo introdujo la cabeza de su miembro en mi, con un solo empujón, ahora sí sentía desfallecer, me invadía un dolor agudo, pero placentero me comenzaba a hormiguear el cuerpo se empezaba a notar mi temblar y con un nuevo embate me introdujo todo, puse los ojos en blanco iba a desmayarme, sin retirarse un centímetro, me abrazó y atrajo hacia sí.

-¿Te gusta?- susurró en mi oído, asentí con la cabeza -Pero duele...- susurré todo tembloroso -Pronto te acostumbrarás- por fin se retiró, se dirigió al estuche y sacó su violín, me miró recostado casi inconsciente en el diván.

-Tal vez esto te calme los nervios- y comenzó a tocar, volvía a sentir un orgasmo mental, la delicia de sus notas me hacía olvidar el dolor de mi cuerpo, "Que mejor amante puede haber" finalmente pensé, mientras lo veía interpretar completamente extasiado por la música y la luz jugaba aún con las formas de su cuerpo y hacía brillar su exquisita piel blanca.

Como pueden ver un violinista es para mi uno de los mejores amantes en la vida.

Ciao ciao bambino

Además excepcionalmente guapos
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